La condición física de los suelos tiene gran influencia en aspectos como la fuerza de sostenimiento, la facilidad para la penetración de las raíces, la aireación, capacidad de almacenamiento de agua y la retención de nutrientes de los mismos (Urriola, 2020).
Algunas de las más importantes son la textura (es la que determina qué tipo de suelo tenemos conforme a sus componentes arena, limo y arcilla), la estructura (es la manera en la que el suelo se une para formar agregados), la densidad (influye en la distribución vegetal así como su funcionamiento), el color (permite ver algunos de sus componentes y varía con respecto a la humedad), humedad (la humedad se presenta como lámina de agua, humedad gravimétrica y humedad volumétrica), porosidad (se refiere al espacio del suelo que no está ocupado por solidos) y la consistencia del suelo (es la resistencia del suelo a sufrir deformaciones o rupturas) (FAO, s.f.).
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